viernes, 25 de abril de 2014

¿Redención en Maranello?



Que el Ferrari F14 T no ha estado a la altura de lo que se esperaba salta a la vista, y en Bahréin la humillación que sufrieron los de Maranello, y especialmente Luca di Montezemolo, acabó por costarle el puesto a un  Stefano Domenicalli
que llevaba ya mucho tiempo en equilibrio sobre la cuerda floja. Aunque para ser honestos no era el único "engranaje defectuoso" del fabricante más mítico de la parrilla de la Fórmula 1, y posiblemente algún que otro ingeniero tenga sus pertenencias personales dentro de una caja por si acaso "el jefe" los llama al despacho.

Las carencias del monoplaza "rosso" son visibles en varios frentes. Que sonrojado se marchó Montezemolo de Bahréin al comprobar como sus motores estaban muy por debajo de lo que se esperaba y más aún después de tanto demandar una F1 donde la mecánica cobrara mayor protagonismo. Que contrariado debió sentirse al imaginar lo que "Il commendatore" pensaría al ver a su amada Scuderia arrastrándose por los circuitos. Ni siquiera la enorme inversión realizada en modernizar sus instalaciones -de las cuales la más importante ha sido la remodelación del tunel del viento- ha servido hasta el momento para que el monoplaza de "il cavallino rampante" consiguiera acercarse a la excelencia aerodinámica que muestran sus rivales más directos. 

Pero con el periplo europeo y con los nuevos aires de renovación que Montezemolo está insuflando en Maranello, parece que todo podría cambiar. Desde Italia llegan rumores, muchos rumores. Que si un nuevo morro más alto y retrasado en su punta, y bajo el una mayor apertura que mejorará el flujo de aire hacia un renovado difusor, que si unos pontones más estrechos, unos alerones delanteros y traseros de nueva factura, una nueva cartografía para la centralita electrónica del motor que promete más potencia..... Prácticamente se anuncia un nuevo monoplaza, y sinceramente, después de tantos años de anhelo de recuperación, debemos de tomar estos rumores con cautela. Demasiadas promesas rotas.

Javier Sánchez

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